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Fotografía: Noticia al minuto |
Por Cuauhtémoc Ruiz
Desde 1995, el Gobierno adoptó oficialmente la
idea de "revitalizar China mediante la ciencia y la educación" como
una de las principales estrategias de desarrollo. Según el profesor Lan Xue, se
desató una “fiebre” por la "economía basada en el conocimiento". A
partir de entonces, el papel de la ciencia, la tecnología y la educación fue
adquiriendo cada vez más importancia. Lan Xue es vicepresidente de
la Academia de Investigación y Desarrollo para el siglo XXI de la Universidad
de Tainghua.
Desde esos años se fundó el Parque Científico de Zhongguancun,
situado en Beijing, conocido como el Silicon Valley de este país. También las
ciudades de Shanghai y Shenzhen atrajeron especialistas para ponerse al día en
la economía del conocimiento.
El número de personal en I+D (Investigación y Desarrollo) creció
de 1.03 millones en 2002 a 2.88 millones en 2011, un aumento del 12% anual.
China tiene la mayor cantidad de personal en esta actividad en el mundo, de
acuerdo con Cao Jianlin, el viceministro chino de Ciencia y Tecnología, que
también informó que el número de tesis de científicos y chinos publicadas en el
exterior fue en 2012 el segundo a nivel mundial, puesto que tienen por quinto
año consecutivo. La RPC, añadió, es el tercero en autorización de patentes de
inventos. En 2012 la inversión en I+D alcanzó un billón de yuanes, unos dos
billones de pesos mexicanos, una cantidad colosal (equivalente a 63 veces el
presupuesto anual de la UNAM, de 33,719 mdp en 2015). Existen 80 parques
estatales de ciencia y tecnología a nivel universitario.
La RPC viene “desafiando” la supremacía de América del Norte, Europa y
Japón en el ámbito de la I+D, dice el Informe del año 2005 de la Unesco, en el
que se analizan las nuevas tendencias de la ciencia, la tecnología y la I+D en
el mundo entero:
“La tendencia más notable es la registrada en Asia, donde el gasto
bruto en I+D, que en 1997 representaba 27,9% del gasto total mundial, ha
alcanzado un porcentaje de 31,5% en 2002.” Este dinamismo se debe en gran parte
a China, un país que contaba en 2002 con más investigadores que Japón (810.000
y 645.500, respectivamente).
“China se ha fijado como objetivo imponerse en seis ámbitos
prioritarios: las tecnologías de la información, las biotecnologías, las
tecnologías de los nuevos materiales, las tecnologías de la fabricación de
vanguardia, la aeronáutica y las actividades aeroespaciales.
“Aunque las actividades científicas realizadas en América del
Norte siguen representando un tercio de las realizadas en el mundo entero, su
proporción disminuye. En efecto, en 2002 esta región gastaba 37,0% de los
830.000 millones de dólares destinados a la I+D en el mundo entero, mientras
que en 1997 ese porcentaje ascendía a 38,2%.” “En el caso de Europa, las mismas
cifras correspondientes a 1997 y 2002 fueron de 28,8% y 27,3%,
respectivamente”, y en lo que atañe a “América Latina y el Caribe, Oceanía y
África, su gasto en 2002 sólo representó una parte mínima del total mundial, ya
que ascendió respectivamente a 2,6% (3,1% en 1997), 1,1% (sin variación) y 0,6%
(sin variación).
La ciencia y la tecnología impulsan firmemente el progreso social
y económico. Los autores del reporte explican que “en 1900 se necesitaban media
hectárea de tierra y un año de trabajo para alimentar a una persona, mientras
que hoy esa misma superficie de terreno y el trabajo de un día y medio bastan
para alimentar a 10 personas.” Esta gran diferencia se debe a los conocimientos
científicos que han permitido mejorar las semillas y las plantas, elaborar
abonos y maquinaria agrícola de gran rendimiento, utilizar técnicas como la
rotación de cultivos, etcétera. Explotar el valor añadido de los conocimientos
científicos, aplicándolos prácticamente a todos los ámbitos de la actividad
humana significa encaminarse hacia la creación de sociedades del conocimiento,
esto es, basadas en el saber fundado en la ciencia.”
De acuerdo con el Índice de Innovación Global 2012, publicado por
el Instituto Europeo de de Administración de Negocios, China “ocupa el primer
lugar en términos de eficiencia en la innovación entre 141 países y regiones encuestados.”
En 2012, produjo 589.57 millones de toneladas de cereales. Entre
ellos destaca el “súper arroz” inventado en este país, plantado en más de 6.7
millones de hectáreas. Tal cereal, híbrido –que también tiene variedades
“ecológicas que permiten emplear poca agua, fertilizantes y pesticidas-
permitió incrementar espectacularmente la cosecha, que pasó de 3.5 toneladas
por hectárea hasta 13-14. La tasa de contribución de la ciencia y la tecnología
al crecimiento agrícola en 2012 fue del 54.5%.
Por lo que respecta a la tecnología que usan los trenes de alta
velocidad, se ha puesto a la vanguardia mundial, a pesar de que recién en 2004
importó de Japón vehículos de este tipo. En poco tiempo superó la tecnología
nipona, de trenes que alcanzan velocidades de 250 kms por hora a los que lo
hacen a 350. En diciembre de 2012 puso en funcionamiento la línea
Harbin-Dalian, la primera en cruzar terrenos congelados, lo que sólo puede conseguirse
si en el sistema eléctrico, los frenos y otras partes del tren se drena el agua
antes de que se llegue a congelar. Para obtener estos resultados, según He
Huawu, jefe del Ministerio de Ferrocarriles, existen 25 centros de educación
superior, 11 institutos de investigación científica, 51 laboratorios estatales,
63 académicos, 500 profesores, 200 investigadores y más de 10,000 técnicos en
ingeniería.
Igualmente espectaculares son los avances en fabricación de
submarinos de inmersión profunda. En junio de 2012 el Jialong (Dragón del mar)
descendió en tres ocasiones más de 7,000 metros. El artefacto incluye
innovaciones que en algunos aspectos lo hacen superior a los de otros países y
es capaz de transmitir voces, imágenes, fotografías del submarino al buque
nodriza y al revés. Con este vehículo China puede investigar el 98% del lecho
marino.
También ha llamado la atención el programa espacial, que es
notable por sus rápidos avances, aunque está claramente detrás de los de EU y
Rusia. Debemos aclarar que son dos fenómenos diferentes el crecimiento
científico y su conversión en tecnología y, más que eso, en una estructura
productiva acorde. En China, por ejemplo, sus científicos y técnicos han
logrado crear fábricas en las que producen plantas, frutas, legumbres, es
decir, han logrado independizar la agricultura de las condiciones
climatológicas, lo que constituye una revolución industrial. No obstante, esos
avances científicos no han sido
trasladados a la agricultura de este país, que está sumamente rezagada
frente a la de EU y Europa occidental.
Ver el Capítulo 1. El mayor crecimiento económico en la historia mundial
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