Por María Álvarez y Daniel Campos
Rojava
que en idioma kurdo significa “hacia occidente” es un estado
surgido en el 2012 en el norte de Siria en medio de la Revolución contra la
dictadura de Al Assad. Aunque
los kurdos rechazan la construcción del mismo, el estado se constituyó de hecho
a partir de los meses de julio
y agosto del 2012 cuando el pueblo kurdo formó las milicias armadas Unidades de
Protección del Pueblo y las Unidades de Protección de Mujeres (YPG- YPJ) bajo
el mandato del Comité Supremo Kurdo y capturaron la ciudad de Kobane así como
una decena de otras ciudades. Allí el
Partido de la Unión
Democrática (PYD) y el Consejo Nacional Kurdo (KNC), iniciaron una administración conjunta, y meses
después, en enero de 2013, los cantones Cezire, Kobane y Efrin proclamaron su
autonomía.
Surgió
así el estado de Rojava compuesto por 3 pequeñas unidades territoriales, en la
frontera con Turquía. Su población está constituida por unos dos millones y medio de habitantes, la
mayoría kurdos,
pero también árabes, asirios, caldeos, sirios, turcomanos, armenios y
chechenos, todos grupos étnicos diferentes que
conviven y comparten un proyecto político conjunto, algo que antes de la Revolución de Rojava no
existía en Medio Oriente. Si bien existe una clara mayoría de nacionalidad
kurda, el pueblo de Rojava es un mosaico de nacionalidades que se encuentra
rodeado por el ejército turco y el Estado Islámico (ISIS), o sea miles de
hombres armados que quieren destruirlos.
A
partir de enero del 2013 Rojava se conformó como una región autónoma e
independiente, con su territorio de 3 cantones o municipios que están
federados. Las instituciones de gobierno del nuevo estado son asambleas
populares compuestas de representantes kurdos, árabes, asirios y de otras
minorías que llevan adelante la gestión a partir de un gobierno interino. Es
decir, el régimen político de la nación cuenta con una particularidad poco
usual para el Medio Oriente, la existencia de organismos de masas surgidos
desde abajo que ejercen el poder y son el fruto de la revolución
Pero
además, Rojava posee una particularidad que no posee ningún país: En Rojava las
mujeres tienen derechos que no poseen en ningún lugar del mundo, allí las
mujeres son parte del gobierno en pie de igualdad con los hombres, administran la economía, conducen las asambleas populares y todas las instancias de
organización de la autonomía como el armamento del pueblo, la creación de
tribunales populares de mujeres, de escuelas y academias de nivel
universitario, o las milicias de autodefensa.
Lejos
del rol que las condena a la cocina, al cuidado de los niños, o las tareas
domésticas en la mayoría de los países capitalistas del mundo, e incluso muy
lejos del horrible maltrato que sufren e la mayoría de los países del Medio
Oriente como Arabia Saudita o Afganistán donde son sometidas a toda clase de
humillaciones, obligadas a usar velo y vejadas permanentemente; las mujeres en
Rojava son dirigentes, y son quienes conducen la revolución.
¿Cómo
es posible que en Medio Oriente surja un estado multiétnico, basado en
asambleas populares que tiene a las mujeres como miembros fundamentales de su
estado, su gobierno y su ejército? Sólo se pueden comprender el
surgimiento de Rojava si se entiende que es una parte de un complejo
revolucionario más grande y profundo: La Primavera Árabe, que conmueve
al mundo desde el año 2011.
La revolución
del Kurdistan y Rojava es el punto más alto de este proceso, y es
además el estado más avanzado que ha dado hoy la revolución mundial. Una
conquista que el imperialismo y las potencias de la región (Turquía, Rusia,
Irán) harán lo posible por hacer retroceder. Este proceso
revolucionario, que abarca las distintas regiones donde vive el pueblo kurdo está dirigido por el
PKK, una organización reformista, que levanta un programa de
reivindicaciones democráticas denominado “Confederalismo Democrático”, inaceptable para el
imperialismo y las burguesías regionales:
Turquía, Rusia, Irán, Siria, Arabia Saudita, Jordania, etc. que son todas
dictaduras, monarquías o regímenes bonapartistas aliadas a las
distintas potencias imperialistas y profundamente
antidemocráticos.
Esta
insurrección se produce después que las masas hicieron la experiencia de seguir
la Hoja de Ruta
de Ocalan (máximo dirigente del PKK que impulsó el acuerdo de paz y la autonomía
por la vía de la negociación institucional con el Estado Turco), que fracasó.
El gobierno turco impulsó la anulación de las elecciones que le dio un triunfo
significativo al HDP (Partido Democrático de los Pueblos, fundado en 2011,
mayoría kurda, más otras minorías étnicas, religiosa y sexuales), impidiendo
que el partido gobernante del presidente Erdogan (AKP) alcanzara la mayoría
para modificar la constitución para imponer un régimen presidencialista.
Rojava
como vanguardia de la “Primavera Árabe”
La
revolución en Rojava es parte de una oleada revolucionaria de los años 2010-
2011 detonada por la crisis mundial del capitalismo. Esta oleada abarcó
diferentes continentes atravesó EE.UU, Europa, Asia y Medio Oriente las
movilizaciones en Grecia, indignados en España y Europa, y Occupy Wall Street
en EE.UU. Pocas veces se pudo presenciar tanta cantidad de movilizaciones y
revoluciones desarrollándose en forma simultánea, un complejo de procesos de
masas que abarcó continentes diferentes, explosiones revolucionarias, caída de
regímenes, procesos de auto- organización, guerras civiles, poder
dual, crisis y división en las fuerzas armadas, expropiaciones, democracia
de consejos, movilización de masas, huelgas generales, luchas armadas, surgimiento
de nuevos estados y de nuevos ejércitos.
En
el marco de esa oleada revolucionaria del año 2011 en Medio Oriente estalló una serie de insurrecciones conocidas como “La Primavera Árabe”. Esto es un proceso
revolucionario que abarca la región de Medio Oriente y el Norte de África,
constituyéndose en el epicentro del proceso
revolucionario mundial. De ese complejo revolucionario forma parte Rojava como
su vanguardia y proceso más avanzado hasta ahora. Echemos un vistazo de conjunto
a la “Primavera Árabe” para conocer en que marco se desarrolla
la Revolución
en Rojava y el Kurdistan.
La “Primavera Árabe” nació
en el cuerno de África y se extendió por el medio oriente haciendo saltar por
los aires dictaduras de casi 40 años. Las protestas comenzaron en Túnez el
17 de diciembre del 2010, cuando un humilde vendedor llamado Mohamed
Boauzizi despojado de sus mercancías se inmoló en signo de protesta.
Durante su agonía estalló la revolución contra la dictadura de Ben Ali que
gobernó el país durante 25 años, y dimitió 10 días después de la muerte de
Boauzizi. La “Revolución de los Jazmines” en Túnez, precedida
por el levantamiento en Sahara Occidental desató un efecto dominó de
revoluciones, que se trasladó a Egipto. Allí las protestas comenzaron 25
después de Túnez el 25 de enero de 2011 y tuvieron como epicentro Plaza Tahir
derrocando a Hosni Mubarack una dictadura que cayó después de 30 años el 11 de
febrero del 2011. Luego estalló la revolución en Libia, que derivó en guerra
civil, con armamento y milicias populares donde el pueblo derrocó la dictadura
de Muamar Kadafi tras 42 años en el poder. El proceso revolucionario se
extendió a Yemen en la llamada “Revolución de las cintas rosas” que terminó
con 21 años de dictadura de Ali Saleh, pero continúa y se ha
transformado en Guerra Civil con la intervención armada de Arabia Saudita. A
continuación estalló la revolución Siria contra la dictadura Bashar Al Assad,
continuadora de su padre Hafez Al Assad cuya dinastia llevaba 46 años que se transformó en una guerra civil,
transformando a Siria en un estado en descomposición.
Mientras
se desarrolló todo este complejo de revoluciones en Medio Oriente, en los
países imperialistas y las economías capitalistas más importantes se desató
todo un proceso de movilizaciones con marchas multitudinarias, organismos
creados desde abajo, participación de sectores de clase media y todos los
sectores afectados por la crisis, coordinación, con gran protagonismo de los
jóvenes, actitud de unión con los sindicatos y las organizaciones obreras,
donde se foguearon nuevos activistas y dirigentes con un enorme impacto en la
situación mundial.
Este
proceso empezó en mayo del 2011 cuando estalló en España el Movimiento 15-M, o
movimiento de los “Indignados”, que
acampó en Puerta del Sol, y también cuando en forma contemporánea a “Indignados” de
España surgió el movimiento “Gerao a Rasca” de Portugal de
similares características. También en forma simultánea explotó un poderoso
proceso menos conocido de huelgas en Guandong, China, la provincia de mayor
concentración obrera del país. Ese mismo mes el movimiento estudiantil llevó
adelante una gran lucha en Chile que dejó en crisis al gobierno de Sebastián
Piñeira. En septiembre del 2011 surgió en EE.UU Occupy Wall Street siguiendo el
modelo de “Indignados”, pero potenció el proceso de
movilización global tras expandirse a 52 ciudades del país, unirse la lucha de
los trabajadores de Verizon, y luego de los trabajadores estatales de Nueva
York. La “Toma de Wall Street” fue derrotada y retrocedió al
no poder defender la ocupación de Parque Zucotti ante la brutal represión
policial en Nueva York y Oakland en noviembre del 2011. Todo este proceso
global desembocó en el 15- O, la primera movilización global contra el capitalismo,
convocada el 15 de octubre del 2011.
A
su vez, todo el complejo de revoluciones desatados en el 2011 como es lógico y
natural alternó triunfos y derrotas, avances y retrocesos, ascensos y
descensos. La revolución en Egipto derribó al gobierno pero sufrió un duro
golpe con el gobierno Morsi ya que la llegada de los islamistas al poder
consolidó el régimen bonapartista y rol de las Fuerzas Armadas como su columna
vertebral. En Siria la revolución se empantanó en una cruenta Guerra Civil que
presencia hoy la intervención de las potencias regionales como Rusia y China a
favor de Al- Assad. El proceso revolucionario dio origen tanto a procesos
progresivos como a direcciones reaccionarias. Un caso de esto último es ISIS
(Estado Islámico y del Levante), un ejército contrarrevolucionario
fascista Organizado y financiado por las potencias occidentales y las
burguesías regionales (EE.UU, Inglaterra, Israel,Turquía, Arabia Saudita y
Qatar) e integrado por grupos islámicos radicales, sectores lúmpenes reclutados
en Europa y mercenarios de todo el mundo, al servicio del capital financiero
internacional.
Rojava
no es sólo un estado que surge producto de la expropiación de territorio a
Siria, su régimen de Asambleas Populares, su carácter multiétnico o la
presencia de las mujeres en su régimen y su gobierno. Rojava es también el
desarrollo de un proceso que
transformó a la guerrilla del PKK en
la dirección de las masas y el levantamiento del pueblo en armas, a la vez que el desarrollo de una vanguardia y el
proceso de surgimiento de nuevos miles de dirigentes, proceso que se da en todo
el mundo, pero que en Rojava se expresa y simboliza claramente en las jóvenes
guerrilleras kurdas, surgidas de la clase trabajadora y el pueblo que empuñan
las armas para combatir a ISIS, a la dictaduras y a los ejércitos
imperialistas.
El
Programa del PKK
El
PKK, (Partido de los Trabajadores de Kurdistán) es un partido de origen
marxista, inspirado en la revolución vietnamita que luego mediante la gestión
de su líder Abdullah Öcalan, viró su programa hacia una serie de planteos
democráticos, seudo anarquista, abandonando el marxismo en la década del 90, después de la caída del Muro de Berlín. Öcalan, que
está confinado en la isla-prisión de Imrali en Turquía desde 1999, adoptó las
teorías anarquistas de 20 de marzo del 2005 y desde entonces funda la base
ideológica del Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK) y sus
organizaciones afines. Esta concepción se orienta en el modelo del
municipalismo libertario de Murray Bookchin, así como reflexiones de Immanuel
Wallerstein, muy en la tónica de las ideologías imperantes en el Foro Social
Mundial en cuanto a la organización de la “sociedad civil”, superando los
estados-nación, ideología que imperó en Chiapas impulsada por el EZLN en México
o en las Asambleas Populares de Argentina.
El
encarcelamiento de Öcalan dejó la dirección del partido ahora en manos de un
grupo de dirigentes que bajó de las montañas de Irak, en donde ejercieron la
resistencia contra la dictaduras de Siria y Turquía durante décadas, peleando
por lograr un país para los millones de kurdos, cuyo territorio fue
repartido entre Turquía, Siria, Irán e
Irak, a fines de la 1º Guerra Mundial. Todas estas nuevas direcciones y fenómenos
junto a las nuevas formaciones económico- sociales como Rojava o el Kurdistán
Iraquí que surgen sobre las ruinas de Irak y Siria, son una erupción
revolucionaria que cuestiona en Medio Oriente las fronteras de Yalta y Postdam.
Allí es donde los kurdos del norte de Siria, aprovechando el
descalabro institucional de ese país y el retroceso de las tropas de Al Asad,
encabezaron un proceso de movilización al declararse como región autónoma,
cumpliendo con un punto central del programa del Confederalismo Democrático
El
programa del Confederalismo Democrático consta de 4 puntos centrales.
El primero es la autonomía de los cantones
autoorganizados que son Al Cezire, Kobane y Efrin. Estos 3 municipios se autogobiernan y a su vez, se federan entre
sí, lo cual queda consagrado en la Constitución de Rojava del 2014, mediante lo cual estas
3 provincias poseen 3 máximos funcionarios al frente de las Asambleas Populares
multiétnicas y multireligiosas. En cada de cada provincia o municipalidad las
máximas autoridades son un kurdo, un árabe y un cristiano asirio o armenio; y por lo menos unos de los tres debe ser
mujer. A su vez, las minorías no kurdas tienen sus propias instituciones y
hablan sus propios idiomas.
El segundo punto del programa es la liberación
las mujeres y su rol en la vida
política del país de lo cual las valerosas guerrilleras de Kobane son su
expresión más conocida.
Existe en Rojava una
enorme cantidad de consejos de mujeres que funcionan de manera autónoma bajo el paraguas de la YJA que significa “Unión de mujeres libres”
donde las milicias armadas conforman apenas el 10% de la actividad que está en
manos de las mujeres. Estos ejércitos de mujeres a
fines del 2014 hicieron posible la recuperación de Kobane que había caído
prácticamente en manos de ISIS.
El
tercer punto del Confederalismo Democrático es la “Democracia Directa” con comunidades autogobernadas
mediante Asambleas Populares que utilizan como pilares concejos, y asambleas
dirigidas por trabajadores, jóvenes, comerciantes y pequeño-burgueses y
defendidas por milicias populares. Este
último es, precisamente, el cuarto elemento del Confederalismo Democrático, la
construcción de un ejército de base popular, todo un pueblo en armas basado
en el principio de la autodefensa producto de las amenazas que históricamente
el pueblo kurdo debió sortear, y las que enfrenta en la actualidad: ISIS, la OTAN , Turquía, etc., todas
fuerzas que amenazan la existencia de Rojava y
las ciudades con mayoría de población kurda en Turquía.
La aplicación de este
programa ha transformado en el nuevo estado emergente en un estado burgués sin burguesía, ya que los pocos burgueses de la región huyeron al inicio
del levantamiento. La inexistencia de un régimen
democrático burgués con Parlamento, Poder Ejecutivo y Justicia; y sobre todo,
debido a la existencia de organismos de masas que detentan el poder junto a un
ejército de base popular hace de este estado burgués muy especial, como mínimo
el más avanzado del mundo.
La economía de Rojava es una economía de subsistencia capitalista debilísima, debido al asedio de las
fuerzas contrarrevolucionarias y al bloqueo económico y militar, que impide no
sólo el comercio, sino también el abastecimiento de insumos y productos
elementales como medicamentos, comida ropa, etc, las cuales son abastecidas por
medio de donaciones organizadas y trasportadas clandestinamente desde el Kurdistán
turco, Iraní y fundamentalmente por los kurdos de Europa, ahora a través de
Irak. Si bien de la zona de los cantones se extrae el 90% del crudo que
produce Siria, prácticamente no existen refinerías para el desarrollo basadas
en la industria del petróleo, y tampoco para la agricultura a
gran escala por falta de insumos, herramientas y maquinarias. Por eso, sin empresas capitalistas clásicas, la
economía de guerra se basa en cooperativas agrícolas y en menor medida
textiles.
Todo el estado de
Rojava constituye una formación social altamente inestable, tanto desde el
punto de vista político como económico, jaqueado por las potencias capitalistas
regionales, ubicado en un punto
estratégico para el desarrollo de la industria petrolera. La dirección del PKK busca
desesperadamente el acuerdo permanente con diferentes sectores del imperialismo
y los gobiernos burgueses para sostener su incipiente estado y gobierno,
amenazado en forma permanente. Se ve obligada a lanzar la movilización
permanente de las masas para sostenerse, a la vez que intenta controlar esa
movilización mediante una férrea disciplina, La dirección del PKK no será
consecuente con la defensa de Rojava, y ni siquiera con el programa de Confederalismo
Democrático que ellos mismos han lanzado.
Nuestro programa no es el programa del PKK, sino la
profundización y extensión de la revolución a todo el kurdistan, expropiando a los
capitalistas y convocando a la formación de una federación socialista de todos
los pueblos basado
en organismos de masas y un ejército de masas pero gobernado por la clase
obrera en alianza con los sectores rurales y populares, que busque federarse con los trabajadores y pueblos de la región en
un enfrentamiento mortal con los gobiernos burgueses de Medio Oriente.
El
enfrentamiento de Rojava con ISIS
ISIS surgió en el
2014 con un crecimiento explosivo, gracias a contar con el apoyo logístico y
monetario de Turquía, Arabia Saudita, Qatar, Israel, EE. UU e Inglaterra.
Estas potencias crearon un ejército de mercenarios fascistas que comenzó un
raid de ocupaciones de pueblos y ciudades de Irak y Siria. Matanzas,
violaciones, desmembramientos y un sin número de atrocidades fueron la carta de
presentación de este ejercito bestial, que buscaba imponer con su régimen de
terror la fractura de Irak y Siria, y allí asentar su califato, una forma
social propia de la edad media. Todo esto funcional a la política de
balcanización de los imperialistas para cumplir con la vieja estrategia de
divide y reinarás.
Este avance
arrollador le permitió a ISIS cargar contra Kobane, sin encontrar ninguna
resistencia de parte de los ejércitos pro-yankis de Irak y Siria, con el
objetivo de ponerle fin al régimen social que amenaza con su ejemplo a todos
los gobiernos de la región, y al propio imperialismo. Con un ejército técnicamente y logísticamente abrumador frente a las
milicias y guerrillas kurdas, ISIS pudo avanzar hasta conquistar el 90% de la
ciudad. Y hubiera conquistado todo de no ocurrir del otro lado de la frontera,
en Turquía, la movilización de 20 millones de kurdos en defensa de los cantones
de Rojava.
Esa movilización del
pueblo kurdo que vive en Turquía permitió que por cada miliciano/a caídos, diez
nuevos voluntarios/as ocuparan su lugar.
Lo que iba a ser una
incursión de tres semanas para vencer la resistencia, se transformó en una
epopeya de 4 meses, protagonizada por las heroicas milicias de las YPJ-YPG,
sostenidas por el levantamiento de millones de kurdos que, desde Turquía, pusieron
todos los recursos materiales y morales para frenar la ocupación de Kobane y
recuperar palmo a palmo la ciudad.
El gobierno turco sacó los tanques a la calle para
impedir la solidaridad con Kobane, pero las masas kurdas ya no dieron marcha
atrás y la movilización de masas puso en evidencia a las democracias
occidentales que se rasgaban las vestiduras frente a las atrocidades de ISIS en
los parlamentos y en la ONU ,
pero poco hacían para frenar la matanza.
La
recuperación de Kobane a manos del pueblo kurdo asestó un duro golpe a la
política imperialista para la región, lo que generó desacuerdos tácticos entre
las principales facciones de la burguesía imperialista, dividiendo en los
hechos al frente contrarrevolucionario. Mientras Turquía y Arabia Saudita continúan
auxiliando a ISIS, con el apoyo de un sector de los yankis, el bando
republicano, Obama ordenó el bombardeo aéreo contra las posiciones de ISIS, y
ahora desplazó tropas de elite en territorio Sirio, haciendo parte de la
ofensiva kurda contra Raqqa, capital del califato de ISIS. La actuación de las
tropas de EE.UU contra ISIS obedece a la presión internacional de masas por el
repudio que esta organización provoca en el mundo entero, más aún después de
los atentados de París.
El imperialismo de EE.UU necesita mostrarse “defensor
de la democracia” frente al horror de ISIS, y lavarse su rostro tras
los horrores cometidos por las tropas de la OTAN en Irak y Afganistán. Pero no debemos
engañarnos ni un minuto: Si el Pentágono tomara la decisión de eliminar a ISIS,
tiene el poderío militar para hacerlos desaparecer en cuestión de días.
Sin embargo el
imperialismo necesita a este ejército de mercenarios para hacer el trabajo
sucio en la región, tras la derrota de la OTAN en Irak. Por eso EE.UU entrega armas a cuentagotas a
las milicias de las FDS (Fuerzas democráticas de Siria, integradas por milicias
kurdas, árabes y otras etnias) y dispara cada tanto algunos bombardeos
para mantener a raya a ISIS.
A la vez que “sostienen” a
ISIS Washington, Bruselas y la OTAN mantienen la definición del PKK de “organización
terrorista”. Pero la conclusión es categórica: En términos militares,
fueron el PKK y el PYD los que realmente lograron rescatar esas decenas de
miles de pobladores de Rojava acorralados por ISIS en el Monte Sijar, y no las
bombas estadounidenses, como decían los medios de información dominantes.
Turquía
ataca a Rojava
El 24 de agosto, el ejército
turco invadió Rojava, ocupando la ciudad de Jerablus, en el norte de Siria,
para evitar la unión de los Cantones e impedir el avance de las milicias sobre
las areas controladas por ISIS. Desde esa posición, reforzó el control de la
frontera y las ciudades kurdas destruidas, para lanzar ataques sistemáticos
sobre Kobane y Qamishla (capital de Rojava) paralelamente el ejército sirio de
Al Assad bombardeó la ciudad emblemática de Hasake, al sur del canton de
Kobane.
Previamente el presidente
turco Tayyip Erdogan había intensificado el ataque
sin precedentes contra millones de kurdos del llamado “Kurdistán Turco”, tras el fallido golpe de Estado del mes de
agosto último. Tras el triunfo de Kobane (enero
2015), en Turquía se produjo un gran avance electoral del partido pro kurdo HDP
que obtuvo el 13% de los votos. A su vez, estalló la crisis del partido de
gobierno AKP de Erdogan que perdió la mayoría parlamentaria. En este cuadro de
situación la política del PKK se orientó a avanzar en el plano electoral para
negociar con el gobierno turco el fin de la opresión del pueblo kurdo y la paz.
La respuesta de
Erdogan fue una nueva convocatoria a elecciones, pero esta vez con estado de
sitio, toque de queda, movilización del ejército y cuanto estuviera a su
alcance para que el pueblo kurdo no votara. De este modo recuperó la mayoría
parlamentaria, basado en el antidemocrático sistema parlamentario de
Turquía mediante el cual el gobierno lo elige la Asamblea Nacional.
A pesar de todas las maniobras de
Erdogan el HDP obtuvo el 10% de los votos. Esto produjo que terminadas las
ilusiones democráticas, en las ciudades kurdas dentro de Turquía florecieran
las asambleas populares y las milicias, y proclamaran las autonomías. Contra la
política del PKK, las masas kurdas extendieron la revolución a suelo turco
desde noviembre de 2015.
Las fuerzas de la reacción no se hicieron esperar, el
gobierno turco desató dentro de su territorio una feroz represión que amenaza
con imitar aquel genocidio sobre el pueblo armenio hace ya cien años. Usando
armamento pesado, Erdogan destruyó ciudades kurdas, reducidas a escombros como
le ocurriera a Kobane, obligando a centenares de miles de kurdos a desplazarse
de pueblo en pueblo, sin comida ni agua. Miles de muertos por las bombas,
ejecutados, desaparecidos, encarcelados, censura, persecución contra los que
manifiestan solidaridad con la lucha kurda, quita de inmunidad de diputadas/os
y autoridades electas de las provincias y municipios kurdos.
Este genocidio del
pueblo kurdo se está cometiendo ante el silencio de parte de las potencias
(nuevamente), que dejan libertad a Erdogan para que resuelva por sus medios el
problema kurdo en Turquía. La
hipocresía de la
Comunidad Europea son los 6 mil millones de euros que entregó
a Erdogan para que los refugiados no lleguen a Europa. Buen uso le da
Erdogan a ese dinero, financiando las balas para que ningún kurdo llegue a
ningún lado, solo a su tumba.
La ofensiva del
gobierno turco permitió no solo cerrar la frontera con Siria y aislar a los
cantones de Rojava, sino que además le sirvió para, desde las ciudades kurdas
de Turquía, atacar con misiles a Kobane el pasado 6/6 y prepararse para atacar
Qamishlo, desde la vecina ciudad de Nusaibin, reducida a escombros, sin que se
conozca el número de muertos, del total de sus 80 mil habitantes.
Creemos que en estos
momentos es vital para la revolución de Rojava frenar la matanza del pueblo
kurdo a manos de Erdogan, como así también denunciar la complicidad de todos
los gobiernos que callan frente al genocidio. En especial el silencio criminal
de las potencias imperialistas que pueden, ya sea mediante sanciones económicas
o rupturas diplomáticas, parar esta masacre.
También es
fundamental destacar la voluntad y heroicidad del pueblo kurdo que está a la
vanguardia de la lucha contra el ejército fascista de ISIS. Una avanzada de
milicias y guerrillas está avanzando sobre el bastión de ISIS, la ciudad de
Raqqa.
De
esta ofensiva forman parte el ejército de EE.UU con un aporte casi simbólico:
250 soldados en el territorio y apoyo aéreo. La presencia de tropas del
Pentágono entre las filas de las guerrillas kurdas es un intento de los EE.UU.
para mantener un pie en la región, luego del fracaso de la política de impulsar
y crear a ISIS, como parte de su política para balcanizar Medio Oriente.
Estas fisuras del
frente imperialista, permite a otras potencias ingresar en la contienda,
hablamos de Rusia e Irán en apoyo a Al Asad, que se encontraba prácticamente en
la derrota. Una política que sirvió de excusa para que tanto Rusia e Irán
intervengan en Siria como defensores de los pueblos frente a la barbarie
fundamentalista. Ambos bandos pretenden,
con la ocupación militar mejorar sus posiciones en las negociaciones de
Ginebra, donde se deciden los destinos de Siria y las áreas de control de Al
Asad y sus aliados rusos e iraníes, y la de los opositores pro-EE.UU. El pueblo
kurdo, que nos es parte de las negociaciones por que nadie quiere que lo sea,
pasó a la ofensiva sobre ISIS para garantizar la existencia de los cantones de
Rojava, siempre bajo la amenaza del ejército de Erdogan, las escaramuzas con
los Peshmergas de Barzani, las bombas fascistas, la persecución y ejecuciones
del estado teocrático de Iran.
Compartimos el
reclamo del pueblo kurdo a ser parte de las negociaciones de Ginebra y la
posibilidad de una tregua en todos sus frentes, como así también entendemos las
tácticas necesarias para avanzar y derrotar a las fuerzas del Estado Islámico,
enemigos de la humanidad.
Del
mismo modo que en medio de la
Guerra Civil Española fue lícito reclamar armas y el apoyo de
los gobiernos burgueses e imperialistas para aplastar a las fuerzas fascistas
de Franco, o cuando la
Resistencia Francesa y los Partisanos recurrieron a los
aliados de EE UU e Inglaterra para derrotar a los nazis, el pueblo kurdo y sus
milicias, en pos de su autodeterminación, desprovistos de armas y recursos,
tácticamente tienen todo el derecho a emplear los medios que decidan para
defender su revolución y avanzar en su causa.
Nos parece
desacertada la posición de las corrientes de izquierda que impugnan la lucha de
Rojava y se niegan a apoyarla con el argumento de la presencia de tropas o armamento
de EE.UU en la zona. Es suicida y ultraizquierdista reclamar a los kurdos
que expulsen a los soldados norteamericanos o rechacen el apoyo de EE.UU en la
guerra contra el ISIS. En primer lugar porque tal como ocurrió con la
liberación de Kobane y el avance sobre los territorios controlados por ISIS en
los cantones de Rojava, no es posible expulsar a Isis sin armamento pesado y
apoyo aéreo, del cual carecen las milicias de Rojava.
En segundo lugar
porque es negar la tradición y el método leninista de aprovecharnos de las
contradicciones de los enemigos, en función de avanzar en la estrategia de la
revolución. También rechazamos los argumentos de aquellas corrientes de
izquierda que se reclaman marxistas o socialistas que niegan la
existencia de Rojava, ni mencionan su existencia, ni las tareas
necesarias para llevarlas adelante.
Una
campaña internacionalista
Sin
dudas que al ver las imágenes delas guerrileras kurdas en las barricadas de
Kobane, vuelven a la retina las imágenes de las guerrilleras de Barcelona
frente a las tropas fascistas de Franco en la Revolución Española del
1936. Con este documento queremos insitir en esta orientación clara y precisa: No hay tarea más concreta, urgente y
precisa para el triunfo de la revolución mundial contra el imperialismo y el
capitalismo que suministrar todo el apoyo a la Revolución de Rojava y el resto del Kurdistan.
Verano de 2017
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