LA GEOPOLÍTICA DE LA OBEDIENCIA




Por Gerardo Torres Zelaya*

29 de julio de 2019

No es cierto que Andrés Manuel López Obrador (AMLO) se reunió con Juan Orlando Hernández (JOH) por la Doctrina Estrada de no injerencia, tampoco es cierto que es por el bien de los hondureños y hondureñas pobres que huyen en la peores condiciones, y mucho menos por que es una acción de habilidad política del mexicano que busca resolver el principal problema humano de la región Mesoamericana. La razón real es por que los Estados Unidos dieron la orden y en está parte del planeta a los gringos no se les dice no.

Primero voy a empezar con lo de la Doctrina creada por el Canciller Genaro Estrada en el Gobierno de Pacual Ortiz en 1930 que definió que la política internacional de México se iba a basar en la no injerencia en otros gobiernos, esperando reciprocidad para con ellos. Que México no iba a emitir opiniones sobre un gobierno o el otro. El nuevo gobierno de la cuarta transformación aseguró que adoptarian de nuevo está política ya hace mucho tiempo olvidada. En base a eso es que AMLO no se sumó a la condena contra Venezuela, por ejemplo. Pero el caso de Honduras es distinto, por que no sólo reconoce al gobierno de Hernández si no que firma un convenio de cooperación que le inyectará 30 millones de dólares de entrada.

Andrés que sabe bien lo que son los fraudes electorales abraza al "ganador" de las elecciones más fraudulentas en la historia de América Latina cómo lo asegura la misma Organización de Estados Americanos (OEA), el Tabasqueño que tiene toda una vida denunciando a las mafias ancladas en el poder en México, se ve muy sonriente con quién se sospecha por la misma DEA encabeza uno de los carteles más poderosos de la región y cuyo hermano ya está en la cárcel, así cómo están actualmente investigados la mayoría de los miembros directivos de su Partido Político. La indignación de López Obrador parece estar circunscrita al territorio mexicano. Y eso no es No Ser Injerencista, eso no es la Doctrina Estrada. Más bien parece comodidad y pragmatismo absoluto. Falta de valores más allá de la frontera patria.

Si AMLO quiere botar el dinero del pueblo de México, y el pueblo se lo permite pues que haga una enorme piñata y le meta fuego si quiere. Eso sería mejor que entregarle dinero a esta pandilla de ladrones que ya se sabe, con suficientes pruebas, que sólo del Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS) se robaron casi 400 millones de dólares entre 2012 y 2014, llevándolo a la quiebra y costandole la vida a centenares de compatriotas que no fueron debidamente atendidos y a quienes se les aplicaron medicamentos falsos o vencidos entre otros agravios inhumanos.

El dinero que manda México no va a servir para nada. Cómo para nada sirvieron los 750 millones de dólares de la Alianza para Prosperidad aprobados en 2014 y que sólo sirvieron para hacer más ricos a los corruptos de siempre, al mismo tiempo que la crisis migratoria llegó a su punto máximo con las caravanas migrantes y con un promedio de 300 personas que a diario huyen de está miserable Honduras. Esto parece que tampoco lo sabe o que poco le importa a Andrés.

Cómo pueblo hondureño celebramos con sincera felicidad la victoria de Andrés Manuel López Obrador. Desde el 2005 lo seguimos con absoluta atención y 12 años después del primer fraude que nos dolió a nosotros cómo si fuera propio; él, junto al pueblo de México, con la creación del Movimiento de Regeneración Nacional MORENA y la alianza con el Partido del Trabajo PT de México logró lo que parecía imposible: Venció a la mafia. Yo todavía creo que el proyecto de AMLO es esperanzador pero me preocupa su diligente obediencia a los Estados Unidos.

En campaña y cuando recién ganó AMLO hablaba de una zona de respeto a los derechos humanos de los y las migrantes en el territorio mexicano, incluso llegó a mencionar una zona de desarrollo en el sur para absorber toda es mano de obra que está desesperada por trabajar, por sobrevivir y por que sus niñitos y niñitas no se mueran de hambre. Pero bastó la amenaza de un arancel por parte del racista Donald Trump para que la policía migratoria mexicana comenzará a golpear y perseguir a los hondureños y hondureñas así cómo a quienes migran de Guatemala y El Salvador. Y después de las deportaciones masivas AMLO abraza a JOH que es uno de los esbirros más obedientes de los Estados Unidos y para quién es urgente conseguir validación frente al rechazo de más del 80 por ciento de la población que ya tenemos más de tres meses sin parar en protestas en la calle y más de 5 años de denunciar y enfrentar a está mafia.

La acción de AMLO no es Geopolitica, es obediencia. Validar a JOH es injerencia y usar a los hermanos y hermanas migrantes es de una bajeza moral asquerosa. A nuestros niños y niñas los meten en jaulas, los separan de sus familias, los humillan, los torturan y ni JOH ni AMLO encaran a Trump. Le tienen miedo y prefieren su tranquilidad personal o política ante la vida de los más débiles. Se pasan dinero de una mano a otra y llenan la portada de los periódicos prometiendo que están haciendo algo para resolver el problema.

"No es fácil encarar a los gringos" dicen los cobardes. Yo creo que No Encararlos tampoco lo es. Que No Encararlos es catástrofico, pero la diferencia es que las consecuencias de lo segundo sólo lo sufre el pueblo más pobre y eso es negociable o secundario

* Gerardo Torres Zelaya es secretario de asuntos internacionales del Partido Libre en Honduras


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