Por Jesús Valdez
El 27 de julio de 2019, diferentes agrupaciones socialistas en México nos dimos cita en la embajada de Estados Unidos para protestar en contra de la represión al movimiento social en Honduras y en contra del acuerdo anti migratorio firmado por AMLO y el gobierno de los Estados Unidos.
Al evento asistimos militantes del Partido Obrero Socialista, la Agrupación de Lucha Socialista y la Liga de Unidad Socialista. Contamos también con la participación de compañeros hondureños que residen en nuestro país, así como de la Izquierda Democrática Popular (IDP) y la Coordinadora Anticapitalista que apoya al Consejo Indígena de Gobierno del CNI.
Mientras esto ocurría, en Minatitlan Veracruz, el gobierno de López Obrador recibía al dictador y asesino Juan Orlando Hernández para realizar una firma de intenciones por 30 millones de pesos para impulsar dos programas sociales que en México ya han causado polémicas: “Sembrando vida” y “jóvenes construyendo el futuro”. El primero es un subsidio a trabajadores del campo para reforestar zonas boscosas y el segundo es un incentivo a las empresas para capacitar a jóvenes para la vida laboral sin un contrato colectivo de por medio, con un salario miserable y que además se ha prestado para que además de que los empresarios no tienen que pagar sus salarios (porque el gobierno mexicano lo hace), muchas veces estos despiden a sus empleados para recontratarlos y darlos de alta en el programa. Sembrando vida se ha prestado a que campesinos incendien algunos bosques para poderlos reforestar e inscribirse en el programa.
Dicho sea de paso y lo fundamental en todo esto, es que el gobierno de AMLO además de arrodillarse ante el imperialismo yanqui, está pagando el muro no solo con militarización, sino con los apoyos que se estarán otorgando a Centroamérica, esto mismo lo ha reconocido Donald Trump ante las críticas de los demócratas en Estados Unidos. La firma del Programa Integral Triangulo del Norte (contemplado para México, El Salvador, Honduras y Guatemala), lejos de ser una labor humanitaria, es una medida desesperada de López Obrador para quedar bien con el vecino del norte y detener el flujo migratorio. Esto al mismo tiempo que ha militarizado la frontera norte y sur de México, persiguiendo a familias migrantes y creado modernos campos de concentración en donde la gente está hacinada, con pocos servicios y sobreviviendo con lo más elemental, ya se han registrado amotinamientos en Chiapas contra las condiciones insalubres de estos “albergues” por citar un ejemplo. Lo mismo ocurre en Estados Unidos, aunque allá existe un fuerte movimiento que está respondiendo ante la política racista de Donald Trump.
Los socialistas mexicanos repudiamos la política entreguista de López Obrador, así como la presencia de un dictador tropical que ha sacado al ejército a las calles para reprimir a los médicos, maestros, campesinos y pueblo en general que se oponen a la privatización de la educación y la salud en su país. Hasta ahora hay por lo menos 9 personas asesinadas durante las protestas y medio centenar de heridos de bala.
*Militante del Partido Obrero Socialista de México
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