HONDURAS: LA DESVIACION GEOPOLITICA DEL NARCO GOBIERNO Y EL CONTROL DEL IMPERIO




Por Tomas Andino Mencía*

El narco gobierno de JOH aspiro a perpetuar su reinado imponiendo su inconstitucional reelección en el proceso electoral de 2017. Sin embargo, este sueño dorado comenzó a tener obstáculos, y el primero provino del exterior, de quien había sido hasta entonces su principal aliado externo, el gobierno de Obama. Las causas de las desavenencias del gobierno hondureño con el gobierno norteamericano pueden encontrarse en la profunda dependencia de los gobiernos post golpistas de Honduras respecto al narcotráfico y en las consecuencias geopolíticas de esa relación del Estado con el crimen organizado. Los roces se remontan al gobierno de Pepe Lobo, y se agudizaron durante el gobierno de JOH.

Pero no vaya a creerse que la preocupación del gobierno norteamericano era la salud de la juventud adicta a drogas. La vinculación de estos gobiernos con los narco capitales era conocida por la DEA desde sus inicios y no fue una preocupación mayor para el Departamento de Estado; por ejemplo, durante el gobierno golpista de Roberto Micheletti, fue sabido que Miguel Facusse, un prominente empresario golpista, tenía pistas de aterrizaje del narcotráfico en sus haciendas, pero nunca sufrió persecución alguna porque no afectaba de ninguna manera los intereses norteamericanos. Otra cosa ocurrió cuando esos vínculos comenzaron a afectar esos intereses.

Debido a la necesidad de diversificar sus fuentes de financiamiento por parte del aislado gobierno golpista de Pepe Lobo, este había iniciado un coqueteo con China y Rusia, en una época en la que también mantenía muy buenas relaciones con Daniel Ortega en Nicaragua, en materia de inversión y cooperación a la seguridad. Esto es comprensible desde la lógica interna de los narco capitales, pues estos necesitaban desarrollarse, pero la política de controles y condicionalidades de Estados Unidos era una camisa de fuerza que aquellos buscaban romper abriendo sus posibilidades de desarrollo hacia otras latitudes.

Este proceso de “desalineamiento” temporal tuvo una expresión política en el relativo alejamiento de Pepe Lobo y JOH respecto a las prioridades de la política internacional del gobierno norteamericano. Fue así como, por ejemplo, se dio el establecimiento de una Embajada en Cuba, el estrechamiento de lazos con la Autoridad Palestina, la participación en la CELAC, el establecimiento de convenios de cooperación en seguridad con Rusia, la política de “cielos abiertos” que amenazaba el monopolio norteamericano en materia de transporte aéreo y potenciación de la Fuerza Aérea con el Brasil de Dilma Russeauf.   Esta breve desviación de la norma proyanqui, encendió las alertas en Washington ante la posibilidad de que el narco gobierno de JOH hiciera un giro completo hacia esos países, y decidió frenarlo. Baste recordar que en Honduras se encuentran, al menos seis bases militares norteamericanas, entre ellas la base de Palmerola, que es su mayor base en la zona mesoamericana.

El gobierno de Obama implemento dos mecanismos de presión, para hacer volver al redil al gobierno de JOH mediante el chantaje político; por un lado, la instalación de un mecanismo de control interno, y por otro, un mecanismo de control externo.

El mecanismo de control interno fue similar al aplicado en Guatemala con la CICIG, una misión internacional que le contara las costillas al gobierno en materia de corrupción. Esto fue impulsado aprovechando que el hartazgo había alcanzado un nivel de ebullición masiva y que grupos juveniles del llamado “Movimiento Indignados” genero movilizaciones multitudinarias, denominadas Marchas de las Antorchas, acicateadas por las revelaciones de Radio Globo y Globo TV (esta última clausurada por la dictadura), en torno a un gigantesco escándalo del saqueo a los fondos de la seguridad social (caso IHSS).

Las movilizaciones fueron tan multitudinarias que el gobierno de JOH quedo acorralado, sin siquiera atreverse a reprimir con la dureza acostumbrada. Sin embargo, si bien este movimiento de masas salió a la calle inicialmente exigiendo la salida del gobierno, mediante la popularización de la consigna FUERA JOH, fue influenciado en el transcurso, primero por el máximo líder del Partido Anticorrupción (PAC), Salvador Nasralla, para que en lugar de ese planteamiento logro que el movimiento exigiera la instalación de una Comisión Internacional contra la Impunidad y la Corrupción en Honduras (CICIH); después fue influenciado por  la OEA y finalmente por la Embajada de Estados Unidos, siendo cooptado a los mecanismos de “dialogo” del gobierno, en donde se desgasto, perdiendo el impulso inicial hasta finalmente desaparecer.

De esa forma, un legítimo movimiento que surgió para echar abajo el gobierno, termino siendo utilizado por la OEA, en acuerdo con JOH, para la instalación de una Misión Internacional contra la Corrupción y la Impunidad (MACCIH) a fin de tener un control muy de cerca de la corrupción gubernamental, para fines de control de parte de Estados Unidos, pero sin el peligro inminente de hacerlo caer. Esto se complementó con el apoyo norteamericano al Consejo Nacional Anticorrupción (CNA) y a la Fiscalía General del Estado de Honduras.

A partir de la instalación de la MACCIH el gobierno de JOH fue sacudido por recurrentes escándalos de corrupción, que han mantenido en vilo a la población, como los casos “Pandora” I y II, “Caja Abierta”, “Pacto de Impunidad”, entre otros, incrementándose la indignación ciudadana durante los últimos dos años. Los procesos han llegado a afectar a secretarios de Estado, diputados, magistrados del Consejo de la Judicatura de la Corte Suprema de Justicia, llegando a meter presos a funcionarios claves de la administración de JOH, incluso a la esposa del expresidente Porfirio Lobo.

Curiosamente, al primer director de la MACCIH, Juan Jiménez Mayor se le paso la mano al llevar los procesos demasiado lejos, apuntando hacia la misma Presidencia, como había ocurrido en Guatemala (lo que llevo a la defenestración del presidente Otto Molina Pérez). Como el objetivo de la MACCIH no era sacar a JOH sino controlarlo, el Sr. Jiménez Mayor fue sustituido de su cargo en un acuerdo entre JOH y Luis Almagro, Secretario General de la OEA, no sin que Jiménez Mayor denunciara el pacto de impunidad entre ambos. En su lugar fue colocado Luis Guimarães Marrey, quien para tranquilidad de JOH, no se ha salido del redil.

El mecanismo de control externo, más efectivo aun, fue el inicio de los juicios contra los capos del narcotráfico y de los aliados de JOH vinculados al narcotráfico, pedidos en extradición ante los tribunales del Sur de New York. Ante estos tribunales desfilaron prominentes políticos, empresarios entonces aliados suyos (Rosenthal Oliva, es el caso más emblemático), expresidentes como Rafael Leonardo Callejas, familiares de presidentes (el hijo de Porfirio Lobo y el hermano más cercano de JOH, conocido como el caso de Tony Hernández), y casi todos los capos de la droga que habían financiado las campañas electorales (como la banda de Los Cachiros, los Valle, la Banda del Negro Lobo, entre otras). Solo el mismo JOH y su mujer no han sido tocados por ninguno de esos mecanismos, porque los gringos aun los necesitan para manipular a su antojo el Estado de Honduras por la vía del chantaje.

Obama primero y después Trump, lograron con estos mecanismos de presión domesticar a su hijo prodigo, haciendo que diera bruscamente un giro en su política internacional. Desde entonces, el gobierno de JOH dio un giro hacia el apoyo a Israel, colaboro en la conspiración contra Venezuela, estableció relaciones con Taiwán, se alejó de China y de Rusia, y participo en algunas misiones militares internacionales. A cambio de ese realineamiento geopolítico, JOH recibió el apoyo del gobierno de Trump, para consolidar su dictadura en lo sucesivo. La prueba de fuego de este apoyo se daría en el proceso electoral de noviembre 2017.

*Tomas Andino Mencía es analista social y político en Honduras. Miembro de los Círculo de Estudios Sociales y Políticos.

El presente texto es producto de una discusión y elaboración colectiva al calor de los acontecimientos en el país caribeño.




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