El agua y la crisis mundial del capital*


Por Jesús Valdez

Nuestro planeta contiene 525 millones de kilómetros cúbicos de agua, cantidad que no ha disminuido ni aumentado los últimos 2 mil millones de años. De ese total el 97% se encuentra en los océanos y el 2.5% es dulce. De este último porcentaje, el 0.5% se encuentra en depósitos subterráneos naturales y el 0.01% en ríos y lagos. El 90% del agua dulce se encuentra en la Antártida. En resumen, el 0.007% del agua en el planeta es potable. El 40% de la población mundial sufre escasez de agua, es decir cerca de 3 mil millones de seres humanos. Las aguas subterráneas abastecen actualmente al 50% de la población mundial.

Tensiones mundiales por el acceso al agua

En la historia de la humanidad, las principales civilizaciones se desarrollaron alrededor de los cursos de agua dulce (Tigris, Eufrates, Tilo, Neba, Danubio, Rhin, Missisipi, Amazonia y Río de la Plata) intrínsecamente a las grandes culturas e imperios. Recordemos que el mexica por ejemplo era (quizá sin saberlo) antes de la conquista, la principal potencia agrícola a nivel mundial gracias a su sistema de chinampas apoyado por una abundancia sin igual del vital líquido que escurría de todos los cerros de lo que ahora conocemos como “El Valle de México”.  

Se prevé que para el año 2050 la demanda de agua aumentará en un 40%, al respecto Antonio Guterres, secretario general de la ONU advirtió al consejo de seguridad que “las tensiones relacionadas con el acceso al agua están aumentando ya en todas las regiones” enfatizando que tres cuartas partes de los 193 Estados que componen a la ONU comparten ríos y lagos. El término rivalidad proviene del latín rivus, es decir río.

A mediados de la década del 80 del siglo pasado, el agua se incorporó a las agendas geopolíticas y geoestratégicas de las principales potencias mundiales. En el año 2003 la revista fortuna apareció un texto donde se afirmaba que “el agua promete ser lo que fue el petróleo en el siglo XX, el bien que determina la riqueza de las naciones”. Por citar un ejemplo, en el año 2004 The Guardian divulgó un informe secreto donde A. Marshall (consejero del Pentágono de EU) sugería al gobierno norteamericano “estar en condiciones para apropiarse de ese recurso estratégico allí donde esté y cuando sea necesario”. Más recientemente en febrero de 2012, un informe llamado “seguridad global del agua y alimentos” que elaboró conjuntamente la Defense Intelligence  Agency (el Pentágono) con la CIA –min 30- aseguró que hay 7 cuencas acuíferas en riesgo: Nilo, Tigris/Eufrates, Mekong, Jordan, Indus, Brahamaputra y Amu Darya. Dos de estos ríos pasan casualmente por Siria. En documento citado evalúa que “problemas del agua impedirán producir alimentos y generar energía, riesgo a mercados globales de alimentos y restringiendo crecimiento económico”, principalmente en varios países importantes para Estados Unidos donde ellos prevén tensiones por problemas acuíferos: escasez, calidad pobre e inundaciones.

Bursatilización del agua e intereses concretos

Actualmente Goldman Sachs cataloga al agua como “el petróleo del próximo siglo”, pues su posesión viene directamente ligada a la industria agroalimentaria a la vez que promueve su privatización, aconsejando a los inversionistas enfocarse en la industria del agua.

Grupo Citigroup además de Goldman Sachs y Black Rock promueven la privatización y bursalitización del agua. La última se reunió con los 4 candidatos y posteriormente a puerta cerrada con el virtual presidente electo. Black Rock adelantó que hay buen entendimiento con AMLO.

Uno de los principales promotores de estas iniciativas es Jesús Reyes Heroles, miembro activo de Morgan & Stanley, presidente del Consejo Consultivo del Agua. Fue uno de los principales operadores del FOBRAPOA junto al banquero  Roberto Hernández, se cree que este último es un prestanombres de Ernesto Zedillo Ponce de León.

Hace poco más de 100 años, el revolucionario ruso Vladimir Ilich Ulianov (Lenin) explicó en su “imperialismo, fase superior del capitalismo” que una de las características del citado sistema en su fase imperialista, es el dominio del capital financiero, esto es cierto desde aquel entonces hasta la actual época donde la acumulación de capital en unas cuantas manos ha crecido de manera vertiginosa. Hoy por hoy las 10 firmas más poderosas de Wall Street* acumulan el equivalente a 18 veces el Producto Interno Bruto de Colombia.

Hasta hace no mucho, bancos como Goldman Sachs, Morgan Stanley y UBS, entre otras firmas, tenían un dominio casi hegemónico sobre la economía mundial, sin embargo, para junio de 2018 retrocedieron hasta el lugar 35, 34 y 38 respectivamente perdiendo la marca de 1 billón de dólares. Actualmente y de acuerdo con S&P Global Market Intelligence, los bancos asiáticos mantienen el dominio de los rankings mundiales con instituciones chinas que ocupan los primeros cuatro lugares del listado: 1. Banco Industrial y Comercial de China, este banco es de propiedad estatal, fundado en 1984, cuenta con un total de activos de $3,47 billones de dólares, es decir, casi el mismo monto del PIB de Alemania. 2. China Construction Bank Company, que cuenta con 1500 agencias en China y 10 sucursales en el mundo, sus activos totales ascienden a 3,2 billones de dólares. 3. Banco Agrícola de China, fundado en 1951; cuenta con activos por 2.82 billones. 4. Banco de China, el banco más antiguo de China (fundado en 1912) con activos por 2,60 billones.



Acumulación por desposesión y el pretendido retorno de los bancos a través de ella

La acumulación por desposesión, concepto acuñado por el geógrafo David Harvey, tiene por objetivo mantener el sistema actual, repercutiendo en los sectores empobrecidos la crisis de sobreacumulación del capital, mercantilizando ámbitos hasta entonces cerrados al mercado.

Como hemos analizado, nuestro país, así como buena parte de los países del sur, están sufriendo este fenómeno a manos del capital financiero que trata de despojar a los países, a los pueblos, comunidades indígenas y a la humanidad a través de esta variante de la acumulación capitalista, en el sentido clásico, la principal fuente de acumulación de capital ha sido a través de la plusvalía (la parte del trabajo no retribuida al productor). A inicios del siglo XXI y finales del XX, el capitalismo mundial, principalmente el norteamericano fincó sus esperanzas en empresas informáticas, al no tener las ganancias esperadas la burbuja especulativa reventó en un fenómeno llamado la “crisis de las .com”. El capitalismo norteamericano necesitaba fincar su confianza en algo más estable, entonces el giro de sus inversiones fue hacia el sector inmobiliario y las hipotecas sub-prime, que consistían en dar créditos hipotecarios blandos a sectores de la población que no tenían la solvencia económica para poder pagar.

Mi interpretación en términos clásicos del marxismo es que cerca del 2008 el sector inmobiliario se enfrentó a una crisis clásica del capital con carácter dual: sobreproducción y subconsumo, a mi juicio van de la mano, pues en la primera se produce más de lo que la gente puede consumir y la segunda es consecuencia de la falta de solvencia económica, tan es así que en 2016, 815 millones de personas pasaron hambre según el informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación, es decir, 38 millones más que el año anterior. Según la misma fuente, citada por el diario mexicano La Jornada, hasta 2007 (antes del inicio de la crisis mundial del capitalismo) morían por hambre 25 mil personas en el mundo, estamos hablando de 9 millones 125 mil personas en un año por no tener dinero para poder pagar sus alimentos.

El cine hollywoodense ha hecho cientos de películas sobre el holocausto nazi donde murieron cerca de 6 millones de seres humanos, pero hasta la fecha no he visto ninguna película donde se hable de las millones de muertes que ha causado el capitalismo basado en la acumulación de dos polos: uno de gente pornográficamente millonaria y en el otro enormes cinturones de desigualdad y miseria.

En fin, el inicio de este nuevo holocausto capitalista es el más grande desde la segunda guerra mundial y la crisis mundial de 1929. La actual crisis fue inaugurada por el crack en la bolsa norteamericana y cientos de miles de familias despojadas de sus hogares tan solo en 2008. La crisis alcanzó a Europa años después y ahora comienza a provocar una desaceleración de la economía china que venía creciendo a un ritmo del 8 al 14% del año 2000 al 2007, cayendo hacia el 10.6 y 6.7% de 2010 al 2016 y 6.9% en 2017. La desaceleración de la economía estadounidense y la Unión Europea también golpeó al gigante asiático, pero no como se esperaba. Este país cuenta con uno de los mercados internos más amplios, empezando por el hecho de que cuenta con 1,399 millones de habitantes en su territorio.




En temas de economía gringa y concentración de capital, resulta paradójico que justo ahora 4 empresas tecnológicas están entre las 10 empresas más poderosas de Wall Street, entre las que se cuenta Apple en primer lugar (valuada en 924 mil millones de dólares), Amazon.com en segundo lugar (770 mil 190 mdd), Alphabet.Inc en tercero (cuya principal subsidiaria es Google), Microsoft Corp en el cuarto (746, 422 mdd) y Facebook.Inc en el quinto (530.495 mdd). Las otras cinco empresas van más orientadas a la producción de bienes y servicios, el petróleo y un banco (el Bank of America)




Dos polos de acumulación y convulsiones sociales alrededor del mundo

Hasta ahora, Estados Unidos y China son los dos principales polos de acumulación de capital en el mundo, el primer país cuenta con un PIB valuado en los 18 mil 561 billones de dólares y el segundo con 11 mil 391 billones de dólares, también ocupa el segundo lugar en el ranking mundial basado en el PIB.

Posterior a la crisis de 2008, alrededor del todo el mundo los efectos sociales de la no se hicieron esperar, hemos visto oleadas de huelgas generales en Francia, España, Grecia, antecedidos de importantes movimientos como el de los indignados que comenzó en mayo de 2011 y el Occupy Wall Street en abril de 2012. Importantes crisis han sacudido el mundo, incluso los llamados “países progresistas” han volteado sus bayonetas contra la población para mantener medidas neoliberales, así como el retorno de la derecha más recalcitrante tanto en Estados Unidos, Brasil y Argentina. También en China ha habido importantes huelgas generales. Actualmente nos encontramos en la tercera etapa de esta crisis, la primera comenzó en 2008 en Estados Unidos, la segunda etapa con la recesión de la Unión Europea y actualmente alcanza a la economía china

Durante la crisis de 1929, el revolucionario ruso León Trotsky explicó que

“La vida del capitalismo monopolista de nuestra época es una cadena de crisis. Cada una de las crisis es una catástrofe. La necesidad de salvarse de esas catástrofes parciales por medio de murallas aduaneras, de la inflación, del aumento de los gastos del gobierno y de las deudas, prepara el terreno para otras crisis más profundas y más extensas. La lucha por conseguir mercados, materias primas y colonias hace inevitables las catástrofes militares. Y todo ello prepara las catástrofes revolucionarias”.

Esta nueva época de convulsiones alrededor de todo el mundo nos abre paso a dos disyuntivas: o los desposeídos de los medios de producción nos hacemos de ellos teniendo en nuestras manos las principales palancas de la economía y el estado para dar un giro de 180 grados o nos enfrentaremos al retorno de la extrema derecha y la luna de miel de las masas con la social-democracia. Este último panorama es en el que nos encontramos y los socialistas estamos a favor del primero.

La sed de los países imperialistas por el oro negro ha provocado una crisis humanitaria en países petroleros como Siria, también ha abierto paso a procesos revolucionarios, que se cuentan entre los más importantes en el mundo. Las interrogantes para la izquierda revolucionaria mundial son: ¿estamos preparados para estas catástrofes, revoluciones y contrarrevoluciones? ¿Estamos capacitados para ganar a los amplios sectores de la población desposeída? Diría en este caso ¿o nos quedaremos como los chinos: “milando”?, pero ya no aplica este chascarrillo.


9 de octubre de 2018

* Este texto apareció en la revista electrónica 30-30


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