#YoSoy132, las convenciones contra la imposición, el 1 de diciembre y las lecciones para el movimiento de la juventud que madura y aprende con recelo.
#YoSoy132,
las convenciones contra la imposición, el 1 de diciembre y las lecciones para
el movimiento de la juventud que madura y aprende con recelo.
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INTRODUCCIÓN
Al igual que la guerra, la gente no
hace por gusto la revolución. Sin embargo, la diferencia radica en que, en una
guerra, el papel decisivo es el de la coacción; en una revolución no hay otra
coacción que la de las circunstancias. La revolución se produce cuando no queda
ya otro camino. La insurrección, elevándose por encima de la revolución como
una cresta en la cadena montañosa de los acontecimientos, no puede ser
provocada artificialmente, lo mismo que la revolución en su conjunto, las masas
atacan y retroceden antes de decidirse a dar el último asalto. León Trotsky*,
Historia de la revolución rusa, Tomo II (El arte de la insurrección).
Pocos han
sido los análisis serios sobre los acontecimientos del 1 de diciembre de 2012
ocurridos en el Distrito Federal, Guadalajara y otros estados donde la
represión hizo estragos contra la juventud y los trabajadores. En el día de los
acontecimientos se podía ver en las famosas redes sociales comentarios donde se
criminalizaba al anarquismo y a la juventud rebelde por los destrozos en bancos
y la digna autodefensa de San Lázaro y Bellas Artes. Las voces escuchadas
fueron las de Noroña y el Fisgón sobre lo ocurrido, pero es hora de escuchar a
quienes participaron, participamos, total o parcialmente en las movilizaciones
de ese día, cada uno con su propia historia, con nuestro pequeño fragmento de
esa realidad que no es más que el verdadero rostro del carácter de clase del
estado mexicano. Aquí es de poca o limitada ayuda tratar de definirlo como un
Estado democrático o dictatorial, pues cuando un país está dominado por
banqueros, empresarios, caciques y terratenientes, no se puede esperar que los
policías nos regalen flores como muestra de gratitud por nuestras acciones, por
nuestra rebeldía e insumisión.
Democracia o
fascismo son formas que puede tomar el capitalismo, ya sea la “democracia” de
Obama que regala misiles y muerte a los afganos, o la “democracia” del Estado
Español que usurpando la bandera del socialismo golpea y reprime salvajemente a
los indignados, a los trabajadores en las consecutivas huelgas generales; quizá
su forma de arribar a la sociedad sin clases sea exterminando a los trabajadores
y la juventud… pero también se vendrían abajo las fortunas de los banqueros,
que de hecho son quienes también ganaron con la crisis mundial del capitalismo
socializando la deuda pública, e hipotecando el futuro de toda la sociedad
española, en sus bancos, claro está.
En primer
lugar, al Capital le conviene el
despojo por las buenas, pues así no tiene que gastar en aparatos de represión,
sobornos a luchadores sociales, tampoco mancha su imagen con la represión a los
distintos pueblos, ahí es donde entra el papel de sus políticos, que con la banderita
del progreso convencen al trabajador del campo a abandonar y prácticamente
regalar su tierra, al obrero a ser despedido sin rechistar, pues en la calle le espera un mundo de
oportunidades: el robo, el narco, la violencia, la degradación y la
autodestrucción. Al estudiante y a los padres de familia los convence de que
les conviene pagar cuotas por su formación para el trabajo, o por el simple
gusto de acceder al conocimiento, también lo convierte en una mercancía como el
caso de Chile, donde el estudiante tiene que pedir prestado al papá capital
financiero (los bancos) para poder continuar sus estudios y terminar una
carrera universitaria, aunque después se tarde otros diez años en trabajar y
dedicar todos sus salarios para pagar esa carrera… recapitulemos, en primer
lugar, estudio para trabajar, cuando ya estoy trabajando, a mí y a millones de
trabajadores nos pagan sólo un porcentaje de las horas que trabajamos y todavía
tenemos que dar las gracias y dejar todo lo demás, millones de horas de trabajo
diarias para los magnates de nuestros respectivos países, en el caso de Chile,
eso durante diez años, al cabo de ese tiempo ya terminé de pagarle, pero ahora,
que ya tendría 35 años, me caso, y como dicen “el casado, casa quiere”… otra vez a pagar un costo inflado al 700%
en la vivienda, peor tantito si es en zona urbana, porque a pesar de que
nosotros, los trabajadores, somos quienes hemos edificado las grandes urbes, se
nos ha contratado para hacer los sistemas eléctricos, de drenajes, telefónicos
y demás, todos esos servicios que como comunidad dimos (mal pagados), ahora
tendremos que pagarlos porque sube la plusvalía del suelo por contar con todos
los servicios y otra vez a pagar… abuso sobre abuso, pero eso sí, somos bien
aguantadores y a continuación veremos porque si y porque no.
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