A LA TERCERA ASAMBLEA NACIONAL OBRERA DE TRABAJADORES DEL CAMPO, LA CIUDAD Y EL MAR ADHERENTES A LA SEXTA DECLARACIÓN DE LA SELVA LACANDONA

INTRODUCCIÓN
Las charlatanerías de toda especie según las cuales las condiciones históricas no estarían todavía “maduras” para el socialismo no son sino el producto de la ignorancia o de un engaño consciente. Las condiciones objetivas de la revolución proletaria no sólo están maduras sino que han empezado a descomponerse. Sin revolución social en un próximo período histórico, la civilización humana está bajo amenaza de ser arrasada por una catástrofe. Todo depende del proletariado, es decir, de su vanguardia revolucionaria La crisis histórica de la humanidad se reduce a la dirección revolucionaria. León Trotsky. La agonía del capitalismo y las tareas de la IV internacional (El programa de transición).

Tras el fin de la segunda guerra mundial, el capitalismo recompuso sus fuerzas y entró en una fase económica ascendente mediante la cual todo parecía ir sobre ruedas, justo en la cúspide del crecimiento económico se dio la más grande crisis económica conocida hasta entonces (1929). Ante tales hechos, José Stalin proclamó que se trataba de la “crisis final del capitalismo”, consigna con la cual caracterizó al “Tercer periodo de la revolución proletaria.” A primera vista, esta proclama parecía lógica o tal vez hasta estúpida.

Durante los primero congresos de la Internacional Comunista, Lenin y Trotsky explicaron que no existe una crisis final del capitalismo en el sentido de un colapso automático del sistema como fichas de dominó, sino que de dejársele a su suerte, el sistema capitalista encontraría una nueva salida hasta de la crisis más profunda, sacrificando otra vez a la clase obrera y a la humanidad. Esto sucedería si la clase obrera no sacrificaría al capitalismo dándole un golpe mortal, preparando y llevando a la acción su destrucción.







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