Por Grupo de Acción Revolucionaria
http://gar.site11.com/nacional/2010/septiembre10/ns10004.htm
15 de Septiembre de 2010
¿Qué hacía Martín Esparza en el informe del represor Enrique Peña Nieto? Bueno, es lo que muchos trabajadores del SME, organizaciones sociales, campesinas y estudiantes se han estado cuestionando pues recientemente se difundió una entrevista videograbada en el portal de internet del periódico El Universal, donde aparece el dirigente del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) calificando de “congruente” a Peña Nieto al rendir su más reciente informe.
¿Enrique General?
Es interesante pues con su asistencia “Martín General” ofrece una palmada no a Peña Nieto, sino a todo lo que representa el proyecto del Partido Revolucionario Institucional (PRI) que ha ido muy de la mano con la administración calderonista. Nada tenía que hacer en el informe de quienes han coadyuvado fuertemente al desmantelamiento (privatización) del Sistema Eléctrico Nacional desde hace muchos años, y parte de los actores indiscutibles de las reformas lesivas contra las conquistas e intereses de la clase trabajadora en México. Con esto, Esparza refrenda que no confía en la fuerza y compromiso de los miles de trabajadores electricistas que han resistido desde octubre pasado cuando se promulgó el ilegítimo decreto de extinción de Luz y Fuerza del Centro; no confía en las miles de voluntades que con mucha energía y valor se encuentran luchando por su fuente de trabajo, y que incluso han ofrendado su vida para llevar la lucha hasta las últimas consecuencias, como lo demostró la reciente huelga de hambre colectiva donde compañeros electricistas se encontraban en grave deterioro en su salud. Huelga que, por cierto, fue levantada por la dirección sindical con métodos antidemocráticos, sin consultar a la base que había votado por impulsarla e intercambiándola por un pírrico acuerdo “de palabra” con la Secretaría de Gobernación y que culminó en nada, provocando el empantanamiento de las acciones de los electricistas. Para Esparza, la lucha no es en las calles, con la movilización y las históricas herramientas de la clase trabajadora, como la huelga general, para alcanzar la victoria; por el contrario, el acuerdo es “por arriba”, pues sus acciones demuestran que espera un nuevo horizonte desde la cúpula que ostenta el poder.
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