Banca Chilena: Concentración y Sobre ganancias

Por Patricio Guzmán, miembro del Comité por una Internacional de Trabajadores


Durante años los grandes medios de comunicación de Chile nos acostumbraron a recibir como positivas las noticias del buen posicionamiento de la economía chilena en el ranking de competividad mundial.

Desde el punto de vista de la población trabajadora en realidad no había grandes motivos de alegría, considerado que el buen lugar alcanzado era en gran medida producto de la privatización, desregulación y flexibilidad laboral, o sea de la precarización del trabajo, la desigualdad de los ingresos, la capitalización cara y forzosa en el sistema de fondos previsionales por capitalización individual – las AFP - y la pérdida de derechos sociales garantizados, pero ahora Chile ha bajado al lugar 28 en el ranking mundial de competitividad, y la respuesta hay que encontrarla en la creciente concentración de la banca, y en el alto spread bancario[1], producto de esta concentración. La banca chilena no traspasa, o traspasa sólo parcialmente, al grueso de sus clientes las tasas de interés privilegiadas del 0,5% anual que aplica el banco central. Aquí encontramos igualmente la explicación de la alta rentabilidad de los bancos en Chile.
 
Aunque los propagandistas neo liberales de las supuestas bondades de la economía capitalista insisten en que el ‘libre mercado’ es el más eficiente asignador de recursos, la realidad es que a las empresas no les interesa la competencia. Buscan su propio ‘nicho’ de mercado con productos diferenciados, acceso privilegiado al crédito, colusión de precios y a través de la concentración, para dejar fuera a los competidores y ‘fidelizar’ a los clientes, asegurándose su propio segmento monopólico. La lógica natural del capitalismo apunta hacia la mayor ineficiencia en la asignación de recursos de la ‘competencia monopolística’, y mientras menos regulación eficaz anti monopólica exista más rápido es el proceso de concentración.



Siempre es bueno recordar que fue a partir de los negocios especulativos a gran escala de la banca que comenzó la recesión global, en la que el mundo todavía se encuentra inmerso, ahora trasmutada en crisis de la deuda y del alto déficit fiscal en los países desarrollados.
 
 
 
 
 
 

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