2. El martes 8 de junio arribamos a la ciudad de Huajuapan de León a las 6:50 de la mañana, arribando al centro de la mencionada ciudad a las 8:30. Se hizo un pequeño mitin con medios de comunicación presentes. Antes de llegar a Juxtlahuaca Alejandro Encinas acaparó la atención de los medios, cuando el acuerdo era no dar entrevistas sino hasta llegar a Juxtlahuaca, y esto le correspondía de acuerdo a las decisiones del municipio autónomo de San Juan Copala, sólo al mismo municipio, quedando entendido de antemano que la caravana no tenía un carácter partidario.
3. En Juxtlahuaca no se hizo ninguna parada puesto que se encontraba el priísta Eviel Pérez Magaña realizando un acto de campaña para recibir a la caravana como el PRI lo sabe hacer, con porra, acarreados, golpeadores y quizá hasta con paramilitares. Desde antes de partir, era de conocimiento público, que el grupo paramilitar denominado Unión para el Bienestar de la Región Triqui (UBISORT, que tiene sitiada y aterrorizada a San Juan Copala en contubernio con el gobierno priísta de Ulises Ruiz Ortíz y del panista Felipe Calderón Hinojosa) y el MULT (fracción partidista electorera) tenían nuevos reclutas asesinos en Juxtlahuaca para reprimir a la caravana, por estas razones se decidió no participar con los asesinos, ni hacer caso de sus llamados hipócritas.
4. Tras pasar por Juxtlahuaca, la procuradora de justicia del Estado de Oaxaca, María de la Luz Candelaria de la Cruz Chiñas aseguró que lo que sucede en Copala es un conflicto armado entre triquis (como lo manejan otros tantos traidores al zapatismo) y que no garantizaba la seguridad de la caravana, esto era una amenaza clara del Estado oaxaqueño, pues el mensaje explícito era: si pasan no garantizamos que salgan vivos, una amenaza encubierta.
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